viernes, 27 de enero de 2012

El talismán (Cuento V de la serie "Relatos del Mañana")


El talismán (Cuento V de la serie "Relatos del Mañana")

El talismán
Flor abrió los ojos al nuevo día. Un nuevo día. El Mañana de ayer ya es Hoy. ¿Y Hoy tendrá algo diferente? ¿Hoy cambiará mi rumbo?
Llevaba tiempo cuestionándose las experiencias del último año. Los momentos dolorosos guardados dentro. Otros eran buenos. Dolía pensar. Ella era una persona tan alegre, tan vivaz, tan risueña... y por último estaba seria, taciturna, abatida... ¿Dónde estaba su espíritu animoso?
Flor decidió salir... volver a abrir sus puertas. Habló con sus amigos, con su familia, conoció personas nuevas, iguales y distintas a ella. Le hablaron de muchas cosas, percepciones no conocidas y a la vez afines. Le hablaron de talismanes, amuletos, de fé, de dios, de Mañana, de Hoy, de Ayer... de Filosofía, de tantas y tantas cosas... Si ella tuviera un talismán... pensó. Algo que le insuflara ánimos a su alma...
Una tarde, reflexionaba. Entre los vapores del sueño, vislumbró un rostro. Una mujer que sentía mucho como ella. Ella conocía sus sentimientos. Sabía de ellos. Y sabía que también sentía el Mañana. "Noche y día un momento es." Eso oyó.
Flor se despertó. No tenía que buscar nada. Ni conocer nada. Podía elegir.
Se dijo que ese, justo ese, Ahora, era su momento. Que estaba harta de pensar en Mañana. Que justo hoy iba a tomar las riendas de la Vida, de su Vida, y dirigirla hacia donde ella quería.
Entonces pensó... este es el talismán. Las ganas de Vivir. Y hacerlo por mi misma. Si... claro... pensando en las personas que amamos... pero sobre todo, vivir por uno mismo, pues es nuestra vida.
Y Flor vivió su vida.
(Relato V de la serie "Cuentos del Mañana")
[Este cuento, es para ti, Flor, mi hermana, que se que me lees. Ha salido también solo. No sé si este es el fin de la serie, pero ahora mismo lo siento así. Te quiero muchísimo. Muacksssss]



jueves, 26 de enero de 2012

La caverna (Cuento IV de la serie "Relatos del Mañana")



La caverna (Cuento IV de la serie "Relatos del Mañana")

La caverna
Lo había conseguido. Se hallaba en una caverna donde imperaba el silencio... la luz tenue de una vela emitía un débil resplandor a su alrededor. Flotaba en el aire aromas de incienso y sándalo... 
Lola, sencillamente, sonreía... ya no pensaba en Mañana... sólo sentía el Ahora. Estaba. Pensaba. Y sonreía... nada la afectaba. En la paz de la gruta... Lola meditaba.
Los acciones de antaño fluían veloces ante si y ella las veía pasar... a su mente vino la frase: Son acciones. Hechas están. De lo bueno, aprenderé. De lo malo, también. Pero no me afectará el pasado. El pasado, pasado está.
Una sutil melodía comenzó a esparcirse de la nada... relajante... tonificante... la música lo era todo y  se integró con ella.
Su vida presente se mostró ahora ante sus ojos... esta caverna en verdad debía ser mágica. Era como si... como si formara parte de ella. Vio sus anhelos de viajar... de amar... de dar todo el cariño que llevaba dentro. Y se dijo... los anhelos son como dependencias, son como apegos... eso me dice la consciencia... debo tomar de la Vida lo que me ofrece y dar sin esperar recompensa ni intereses. 
Debo creer en lo que quiero y se abrirá el Mundo entero...
Entonces vio el rostro de un hombre aparecer ante si... entre susurros le llegó su nombre: Antonio... buscaba algo llamado el Centro. Se dijo... es un buscador como yo, buscador de la Vida, del conocimiento. 
Un faz humana se dibujó... Ana... Ana... le dijo el viento. Ana era una mujer positiva que amaba la Vida. Ella creía en el amor y alejaba de si el dolor.
Eran personas como ella que buscaban... el sentido de la Vida. Vivir el momento real sin miedos al Mañana.
En la penumbra de la caverna se hizo la luz. Esplendorosa. Brillante. Clara.
Y Lola se encontró en el sofá de su casa con la taza de té aún tibio encima de la mesa. Con la sonrisa en su rostro. Feliz. Viva. Pensando que la caverna siempre había estado ahí y estaría ahí. Que no tenía que pensar en Mañana, que no existía, pues ella era feliz AHORA y así seguiría sucediendo mientras ella lo quisiese.
Y así fue.
(Cuento IV de la serie "Relatos del Mañana")
[Este relato se lo quiero dedicar a mi amiga Lola, mujer siempre positiva y en continuo crecimiento  interior]


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miércoles, 25 de enero de 2012

La búsqueda (Cuento III, serie "Relatos del Mañana")



La búsqueda (Cuento III, serie "Relatos del Mañana")

Antonio ansiaba el conocimiento. Deseaba beber en sus fuentes. Enterado de la existencia de un sabio lama en el Tíbet, se dirigió hacia allí.
Tuvo que pedir excedencia en el trabajo, pero sabía que con sus ahorros podía permitírselo. Dos años. Incluso se fijó fecha de regreso.
Y emprendió el viaje. Tras largas horas llegó al país. Buscó a un afamado guía montañés, que prometió llevarle al lugar deseado. El viaje fue largo, pero las bellezas que descubrió en el recorrido hizo que tan sólo por eso hubiese valido la pena.
Los copos de nieve recién caídos formaban velos algodonosos sobre los árboles, y el paisaje cubierto por helado manto, hacía que sus ojos se entrecerrasen por el intenso resplandor.
Y cuando vio el río... pensó que era lo más hermoso que había contemplado. Agua y cielo se fundían, flotando entre ellos miles de copos de mansa nieve.
Por fin, llegaron al templo.
Grises piedras, rematadas por musgo y coronadas de nieve se ofrecieron ante su vista.
Sin más dilación pasó a su interior.
Allí, en el salón de entrada, un anciano vestido con una túnica blanca, meditaba.
Antonio se acercó a él, interpelándolo:
-Maestro, dime... ¿cuál es el mayor conocimiento? ¿dónde se halla el equilibrio?
El lama, respondió:
-El mayor conocimiento se encuentra en el Centro. En él se halla el equilibrio y el todo.
-¿Y dónde se encuentra el Centro? ¿Cuándo lo hallaré?
A lo que el lama respondió:
-El centro es igual y diferente para cada uno. Lo encontrarás hoy... o Mañana.
Ante tan enigmáticas palabras, Antonio decidió emprender nuevo rumbo en busca del ansiado Centro.
Recorrió desiertos de fuego y montañas escarpadas, para terminar de nuevo en el templo del lama...
-Maestro... aquí estoy de nuevo.
-¿Y has encontrado el centro?
-He buscado por todos los rincones de la Tierra, preguntando por él... y he llegado a una conclusión.
-¿Cuál es? Preguntó el lama.
-El centro está en el interior de uno mismo, pues es un lugar en el que pocos buscan, y que a la vez, es igual pero diferente en todos.
Ya lo tenía en mi cuando partí la vez anterior en su búsqueda, pero tan obstinado estaba en encontrarlo que no lo veía.
Así que el Centro, debe encontrarse hoy, no Mañana. Mañana es otro término de tiempo que no forma parte del ahora.
Y buscando el Centro, he empezado a ver... que la verdadera fuente del conocimiento... es conocer el Poder del Ahora. Mañana, aún no es.
(Cuento III de la serie "Relatos del Mañana")


martes, 24 de enero de 2012

El estanque (Cuento II, perteneciente a la serie "Relatos del Mañana")


El estanque (Cuento II, perteneciente a la serie "Relatos del Mañana")

Ante Ana se bifurcaba el sendero y sus pasos la dirigieron prácticamente solos hacia el ramal de la derecha. Iba sumida en hondas reflexiones y el desánimo le hacia presa.
Ante ella se abrió un claro con el pequeño estanque donde solía ir a leer. Esta vez, en sus manos no llevaba el amado libro. Esta vez... las únicas palabras que oía danzaban en su cabeza. Mañana... ¿cómo hoy? Hoy... ¿igual que ayer?
Se sentó bajo un árbol y rodeó con sus brazos las rodillas... rompiendo a llorar.
Permaneció así largo rato hasta que liberó gran parte de la congoja que sentía. Entonces, empezó a coger piedrecitas que iba tirando de una en una al estanque. No volvía a tirar la siguiente piedra hasta que las ondas que producían al impactar contra el agua no terminaban de expandirse.
De pronto oyó la voz de un anciano:
-Profundos pensamientos los tuyos, mujer.
Ana se giró despacio y contempló a un hombre cuya cara era el reflejo de su avanzada edad. Incontables arrugas surcaban su rostro delatando su larga singladura en los caminos de la vida. Sus blancos cabellos resplandecían bajo un rayo de sol.
-¿Me permites sentarme a tu lado?
Ana así lo hizo alargando su brazo y tocando en un lugar del césped cercano a ella.
-No he podido evitar detener mi paso al escuchar tu llanto. Luego, te he visto calmarte y contemplar las ondas del agua mientras tirabas piedras. ¿Puedo saber el por qué de tu proceder?
Creo... señor, creo que he perdido la Esperanza en el Mañana... y por eso lloraba... luego... 
he tirado piedras para aliviar el lastre de ello... y con ello mi pesar. 
-Y ahora... ¿por qué sonríes? Tu sonrisa ilumina más que el mismísimo sol.
Señor, dijo Ana... ahora sonrío, porque al contemplar las ondas de expansión del agua, he sentido, porque he creído en ello, que la desesperanza se difuminaba como ellas. Y he vuelto a pensar en mañana como algo diferente que aún no está. Algo que formaré yo misma con mis pensamientos y mi actitud. Así, cada vez que siento que pierdo algo, lo que sea... la esperanza, la ilusión, el amor... vengo a este estanque y lloro por ello. Pero lloro mansa, tranquilamente... sin recrearme en el dolor. Cuando mi espíritu se serena, procedo a arrojar los guijarros... y con las ondas del agua se van los pensamientos negativos... y creo de nuevo.  Creo en la Vida.
El anciano la mira complacido y le dice:
-Ahora sé porque he tomado el ramal contrario en el sendero. Tenía que encontrarme contigo. Yo ahora mismo, en el final de mi vida, me pregunto cada día si mañana no despertaré. Oyéndote a ti, me doy cuenta de que eso no importa. No importa si no me despierto, lo importante es vivir este día. Mañana es otro que aún no es. Lo realmente importante es la actitud con la que te tomas la vida. Vives ahora... mañana... aún no es.
(Cuento perteneciente a la serie "Relatos del Mañana")

jueves, 19 de enero de 2012

Mañana (Texto I de la serie "Relatos del Mañana")

Buenas tardes, compañeros internautas... procedo a subir un cuento corto de una serie denominada "Relatos del Mañana". A día de hoy dispongo de seis escritos. Poco a poco iré subiendo el resto. Cuando sea el momento de continuar esta saga, me dedicaré a ello. Ahora mismo creo que no lo es.
Espero que sea de vuestro agrado... saludos y muchas gracias por vuestra atención...

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Mañana... (Texto I de la serie "Relatos del Mañana)

Mañana
Tumbado en la cama rememoro el día de hoy... sintiendo el dolor sordo agazapado en mi interior.
Mañana... mañana será mejor.
El libro yace a mi lado, su mundo espera dormido entre sus páginas escritas. Dudo entre levantarme e intentar buscar el alivio o esperar que el sueño procure el olvido.
Mañana... mañana no estaré abatido.
Los sonidos de la noche se esparcen por el cuarto... hilos de luz entran por la ventana. La mente divaga... la noche ya es anciana. Un murmullo lejano, rítmico sonsonete, adormece mis sentidos... menos la realidad presente. Algo late permanente. Dentro de mi. Formando parte.
Mañana... mañana será otra cosa al despertarme.
Entre las brumas del sueño de los sentidos no fuí el dueño. Una y otra vez fuí arrancado de él y traído a este presente donde mi alma silente contempla realmente la cárcel del cuerpo, prisión candente de lava rugiente y ardo con él.
Mañana... mañana será después.
La mañana llega... y con ella la realidad... es tu vida, un lugar para soñar. Lo que es, es, no se puede cambiar. Sólo tratar de vivir con la verdad. Uno a uno mis sentidos, despiertan enfebrecidos, intentando comprender que es lo que deben de aprender.
Noche y mañana un momento es.