domingo, 4 de mayo de 2014

El hijo del hombre

Buena y linda noche, compañeros navegantes... la noche es oscura... y este poema, también.
☼ Sed felices ☼ Namasté. ♥
 Imagen tomada de Internet


El hijo del hombre

El hijo del hombre detiene su paso
y enfrenta de cara a la Parca callada.
La mira a los ojos, la máscara ajada,
y escupe sus versos con tono furioso:

"El fin ya se acerca y te reto, señora.
Ya puedes romper esta cárcel humana.
Te doy mi coraza y mi espada pagana;
derrumba mi torre, llegó ya la hora.

Resarce esta lucha y da paz a mi alma,
apaga este fuego que quema y abrasa;
desclava el cuchillo que hiere y arrasa
sin tregua y dame un sepulcro de calma".

La Parca lo observa y baja la vista.
- No existe piedad en el Mundo de hombres
ni guerra sin daños por más que te asombres.
Es ley de la Vida. Que Dios nos asista...

Es tuya la lucha, es tuya la daga
que asola tu cuerpo y lo anega de sangre.
No puedo arrancarla ni ser quién desangre.
Tan sólo acompaño... dejad que lo haga.

Mas sí te prometo cumplir con tu sueño
y darte el reposo que ansía el guerrero.
Tu fiero coraje y carácter entero
merecen un premio: jardín de beleño.

El hijo del hombre le tiende los brazos
y acoge a la Muerte con gesto cansado.
El daño se acaba, deseo realizado.
Emprende el viaje rompiendo los lazos.
 


 


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