El patio interior
Nadia era una mujer alegre, quizás no excesivamente, pero amante de la Vida... de la buena compañía y los buenos momentos. Cuidadora implacable de su independencia, no solía quejarse de nada. Aún así, sus más allegados conocían sus alegrías y sus cuitas.
Un día Nadia enfermó. No era algo grave pero sí la condicionaba para hacer sus tareas diarias. Al no estar acostumbrada a estar enferma su carácter se modificó y se retrajo en sí misma. Se fue separando de sus amigos de siempre quedándose en casa. Estos la telefoneaban y ella, la mayoría de las veces, estaba tan cansada que, sencillamente, dejaba el teléfono sonar y no contestaba.
-Ya los llamaré, se decía Nadia. Más tarde... cuando esté más animada.
El teléfono repiqueteaba muchas veces con su sonido estridente y así pasaban los días.
Un día sonó el timbre de la puerta y Nadia fue a abrir.
-¡Sorpresa! Como Mahoma no va a la Montaña, viene la Montaña a Mahoma. ☺
Era una de sus amigas... ambas estaban muy unidas: se contaban sus secretos, sus anhelos, reían juntas cuando paseaban...
-¡Nadia! ¡Que alegría verte! Te echaba mucho de menos... Se te ve bien, algo cansada, pero muy bien.
-No me apetecía verte, Carmen... ni a nadie, la verdad. Esto que tengo pasará en breve y volveré a ser la misma de antes. No debéis preocuparos, ya os lo he dicho.
Carmen tomó la mano de su amiga y le dijo... Ven, vamos a fumarnos un cigarrillo en tu patio... charlaremos un ratito al fresco.
Se sentaron ambas en un banco de madera y contemplaron la tarde...
-Nadia, dijo Carmen, mira este sencillo rinconcito donde estamos... y mira todas las cosas bellas que contiene en su interior:
-Un trozo de cielo al levantar la vista, que es ampliable hasta el infinito... verdes salvajes y colores brillantes se alzan de sus tiestos de barro para alegrar los ojos, cantando eterna canción a la Naturaleza... El blanco resplandece en las paredes y, entre él, paisajes maravillosos para contemplar cuando quieras... Pero no tengo que enseñártelo, pues tu ya lo sabes y amas la Vida tanto como yo.
Y no voy a contarte ya nada de aquellos que te queremos y te necesitamos a nuestro lado... porque ¿sabes algo? Lo realmente importante ahora es que te pongas del todo bien. Pero necesitamos paciencia, así que la haremos nuestra aliada. Y no digas que no debo preocuparme. O hay cariño o no hay. Y, si hay, es lo más normal del mundo preocuparnos por las personas a las cuales amamos.
Nadia se levantó del banco y dijo:
-Vamos. Es cierto cuanto dices. Estaré más o menos cansada y todo lleva un proceso. Ahora me apetece sentir las olas del mar andando por la orilla... disfrutemos de un paseo al atardecer. Y mañana quizás esté igual que hoy, pero los momentos vividos HOY estarán en mi Vida siempre.
Y mañana tendré otros igual o más hermosos. Porque todo pasa y los momentos que una vive son por algo. Algo para aprender.
Pero HOY sentiré que estoy viva y es hermoso estarlo.
Y ambas amigas salieron a la Vida para integrarse con ella.
Nota: para ti, queridísima amiga... ¡boba! :-p Te quiero mucho, muacksssssssss ☺
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