Dulces sueños...
Imagen tomada de Internet
La Hija de Neptuno (Romance)
Cuentan las viejas historias
la leyenda de un gran mago,
que jugaba con sirenas
con mentiras por reclamo.
Tergiversaba palabras
para infligirles un daño,
que obnubilara las mentes
siendo corazón cegado.
Les hablaba de delfines
tan veloces como dardos,
de las estrellas brillantes
y los corales rosados.
De la Tierra prometida,
del terreno de secano,
de cómo el mal de los hombres
al Mar lo había matado.
Bajo el embrujo temible
de un mal poder aciago,
las deja solas, dormidas
entre la niebla, sin faro.
Llora el Mar de tristeza,
ya no escucha bellos cantos,
donde había tanta vida
sólo peces van quedando.
La hija del Dios Neptuno
sus oídos ha cerrado,
rebatiendo sus ardides
con presteza y con descaro:
"No beberé de esta copa,
copa de hiel y engaño,
y pediré a los Dioses
que acaben con tu reinado".
Rugen las olas con furia
ante proceder infausto,
a los confines del Mundo
envían cien mil heraldos.
Llega al Mar un marinero
con un escudo labrado,
con los colores del Sol
y una espada en la mano.
En combate singular
acaba con el malvado,
y termina el vil hechizo,
con el mago encadenado.
Se abren las puertas del agua
y asoma el Dios pagano:
"Tu, mago, al destierro negro
por tu proceder villano.
Para ti, héroe, mi hija,
la sirena del encanto."
Sellan su amor con un beso,
se funden en un abrazo,
su leyenda y su historia
vivirán en estos trazos.
Entre la espuma y las olas
nada feliz la sirena,
en los brazos de su amado
danza con la Luna Llena.
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